El ajedrez es un juego que tiene más de 1.500 años de historia a sus espaldas que ejercita la mente y que, sobe todo, ayuda a enseñar y a pensar. También es un deporte considerado durante siglos como ciencia, arte educación y cultura. De hecho, está muy presente en el cine, en la pintura o en la literatura.

En el séptimo arte, las primeras obras conocidas se remontan al cine mudo, tales como: ‘A game of chess and Kiss’ que se estrenó en Londres en 1899 y ‘Chess Dispute’, un cortometraje de 1903. ‘Jaque al asesino’, ‘En busca de Bobby Fischer’ o ‘La Tabla de Flandes’, basada en el libro de Arturo Pérez Reverte, son otros de los títulos importantes que han tenido al ajedrez como protagonista de la trama.

En la pintura, La capilla de Palatine en Palermo, construida a partir de 1080, hoy patrimonio de la Humanidad por la Unesco, muchos apuntan como la primera que representa a este juego.

Y en los libros, el ajedrez ha sido tratado desde Miguel de Cervantes , Leopoldo Alas “Clarín” o Lope de Vega, pasando por Quevedo, Góngora, José Zorrilla, Pérez Galdós, Gabriel García Márquez, Truman Capote , Arturo Pérez Reverte, Miguel de Unamuno, o Walter Tevis, el autor de Gambito de dama, actualmente de moda gracias a una popular serie de televisión que se emite en Netflix,en la que, de manera ficticia, sigue la vida de una huérfana prodigio del ajedrez, Beth Harmon, protagonizada por la actriz Anya Taylor-Joy, durante su búsqueda para convertirse en la mejor jugadora de ajedrez del mundo mientras lucha con problemas emocionales y dependencia de las drogas y el alcohol.

Una serie que ha sido noticia por su éxito y gran acogida, pero también por la polémica, puesto que en ella se ha nombrado a Nona Gaprindashvili, pionera y campeona de ajedrez histórica, por su demanda a la empresa de entretenimiento tras observar que en un pasaje de la serie se la mencionada afirmando que nunca se había enfrentado a hombres, cuando lo había hecho a menudo. Una denuncia en la que pide que se elimine esta cita de la serie además de cinco millones de dólares de indemnización por daños a su persona y logros.

Castilla y León es tierra de ajedrez y de ajedrecistas. Lo es por torneos de prestigio como el Magistral de León, al que acuden cada año los primeros nombres y figuras de este juego. También por la cantera que tiene, de la mano de la joven promesa leonesa Aarón San Juan, que a su catorce años ha ganado el II Campeonato Juvenil de España Online para ciegos, que ha revalidado tras liderar la competición con cuatro victorias y un empate convirtiéndose así en uno de los ajedrecistas con mayor proyección del país.

Pero, también, por su pasado e historia. De hecho, pese a que el ajedrez es milenario, las reglas modernas de este juego, que rigen las partidas que se juegan hoy en día a nivel mundial, se fijaron en la Castilla del siglo XV. Concretamente en Salamanca y en su Universidad como el espacio en el que se compilaron las primeras reglas del ajedrez moderno. Fue en 1497, cuando un joven estudiante del Estudio salmantino las escribió por primera vez y las plasmó en un libro: “Arte de ajedrez con 150 juegos de partido”. Ese brillante alumno brillante era Luis Ramírez de Lucena, y uno de los ejemplares existentes de este incunable se conserva en la Biblioteca Histórica de la Universidad de Salamanca.

Unas reglas en las que, por ejemplo, ya aparecía una dama sobre el tablero, que se cree que fue en honor y homenaje a la Reina Católica, Isabel I de Castilla, así como los nuevos movimientos del alfiz con los que se consiguió dotar al ajedrez de un mayor dinamismo y movilidad.

Y es que la vinculación del ajedrez con Salamanca y su Universidad viene también de la mano y letra de uno de sus rectores más importantes y literato, Miguel de Unamuno, quien llegó a plasmar e inmortalizar en papel su interés por este juego, en el que estuvo muy interesado y disfrutó.