España
Un fármaco frena el riesgo de fractura al abandonar la terapia en la osteoporosis
Tomar bifosfonato antes de denosumab previene las probabilidades de fractura
Hace apenas un mes la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps)emitía un aviso en el que se advertía sobre un fármaco para la osteoporosis –denosumab (comercializado como Prolia)– por el posible riesgo de fracturas cuando se detenía su tratamiento. Según esta nota, hasta el 26 de abril se habían notificado 64 casos de fracturas vertebrales tras su suspensión, por lo que se apuntaba sobre la necesidad de «llevar a cabo estudios específicos que cuantificaran el riesgo de fracturas tras la suspensión del tratamiento, en particular de las múltiples, así como los posibles factores asociados».
Pues bien, en el marco del Congreso Europeo de Reumatología se han presentado los resultados de uno en el que se analiza el riesgo de pérdida de densidad mineral ósea después de la interrupción del tratamiento con denosumab y ha visto que éste se asocia con no recibir bifosfonato (otro tipo de medicamento frente a la osteoporosis) zoledronato, antes del inicio de denosumab.
El estudio siguió a 71 mujeres postmenopáusicas durante más de un año después de dejar de tomar denosumab. «Nuestro estudio sugiere que ser más joven, tener marcadores de recambio óseo más altos y no haber recibido el zoledronato antes de la introducción de denosumab aumenta el riesgo de pérdida de densidad mineral ósea después de la interrupción de denosumab», dijo Bérengère Aubry-Rozier, de la Unidad de Reumatología, del Hospital de Lausana, en Suiza. «Nuestros resultados apoyan el uso de este medicamento después de un bifosfonato para reducir la pérdida de densidad mineral ósea en su la interrupción y el monitoreo cercano de sCTX para mantener los niveles por debajo del límite superior del rango normal para las mujeres premenopáusicas».
Los bifosfonatos, como el zoledronato, actúan principalmente al inhibirla la reabsorción ósea mediada por osteoclastos, y se caracterizan por su alta afinidad con el hueso y una larga vida media dentro del esqueleto. Esta retención duradera en el hueso proporciona un efecto de tratamiento residual en la resorción ósea (es decir, el proceso por el cual los osteoclastos eliminan tejido óseo liberando minerales), incluso después de la interrupción del tratamiento.Por contra, el efecto del denosumab está limitado al periodo de exposición al fármaco y, además, su discontinuación está asociada con un importante rebote del recambio óseo, rápida pérdida de masa ósea y riesgo de vertebral múltiple fracturas.
«Anteriormente, ha habido una falta de evidencia relacionada con el riesgo de fractura después de la interrupción del denosumab y las medidas para prevenirlo –concluye el profesor Hans Bijlsma, presidente de Eular–. Por lo tanto, damos la bienvenida a estos datos que contribuirán a nuestra entendiendo en esta área».