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El radón duplica el riesgo de cáncer de pulmón en no fumadores

Un estudio español prueba por primera vez la relación entre este gas ambiental y el tumor pulmonar en personas que nunca han fumado

En este mapa se muestran los niveles de este gas en España por zonas larazon

Aunque ya se conocía el vínculo existente entre la exposición al radón y el cáncer de pulmón, por vez primera un estudio ha logrado cuantificar la relación causa-efecto entre estas dos circunstancias. Y los resultados son demoledores: la exposición a este gas interior duplica el riesgo de este tipo de tumor en personas que no son fumadoras. Así lo ha demostrado una investigación española.

El radón es un gas natural radiactivo que se acumula en el interior de las viviendas debido a ciertas condiciones. Es por ello que «su exposición ha sido clasificada como el factor de riesgo más importante para el cáncer de pulmón en nunca fumadores y el segundo en fumadores por la OMS. De hecho, es uno de los varios factores de riesgo del cáncer de pulmón a evitar, como el tabaco o la ocupación y la exposición al humo ambiental de tabaco, según el Código Europeo Contra el Cáncer y puede ser reducida de diferentes maneras de forma efectiva», como recuerda Alberto Ruano Raviña, profesor titular de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Santiago de Compostela y quien ha liderado este trabajo. Se estima que entre el 13% y el 14% de los casos de cáncer de pulmón están asociados a la exposición con este gas, según sus datos.

Así el estudio, que acaba de publicar «Environmental Research», muestra que las personas expuestas a concentraciones de radón residencial superiores a 200 Bq/m3 (de becquerel, unidad que mide la actividad radiactiva) tienen prácticamente el doble de riesgo de desarrollar cáncer de pulmón frente a las expuestas a concentraciones inferiores a 100 Bq/m3. Otro dato relevante es que todos los participantes en el estudio habían vivido una mediana de 30 años en el domicilio en el que se había medido el radón.

El estudio

El nuevo ensayo, que ha incluido un total de 1.415 individuos que nunca habían fumado (523 casos y 892 controles), aportados por diez hospitales de cuatro autonomías (Galicia, Asturias, Madrid y Castilla y León), es la investigación con mayor tamaño muestral realizada hasta ahora exclusivamente en nunca fumadores.

El objetivo del mismo ha sido evaluar la asociación entre la exposición al radón ambiental con la posterior aparición de cáncer de pulmón e investigar si este gas residencial entraña algún riesgo diferente y específico para el adenocarcinoma, el tipo de cáncer pulmonar más frecuente en la actualidad.

Los casos debían tener una biopsia confirmada de cáncer de pulmón primario, mientras que los controles fueron seleccionados de unidades prequirúrgicas, donde se presentan para procedimientos no complejos. También se midió el radón residencial de la zona donde vivían mediante el uso de detectores recomendados por el Consejo de Seguridad Nuclear, en el Laboratorio de Radón de Galicia, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago de Compostela, que ha analizado los datos obtenidos.

Tras este análisis, se observó que aquellos sujetos expuestos a más de 200 Bq/m3 tienen 1,73 veces más probabilidad de desarrollar cáncer de pulmón que aquellos con menos de 100 Bq /m3 en su domicilio, y este efecto nocivo se mantiene al analizar por separado a hombres y mujeres. El riesgo de cáncer de pulmón para el adenocarcinoma fue de 1,52 para los individuos expuestos, utilizando los mismos niveles de referencia de exposición al radón. Asimismo, cuando los resultados se analizan de forma continua se observa que la relación dosis respuesta entre radón y cáncer de pulmón es lineal.

La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) ha advertido ya en diversas ocasiones acerca de la necesidad de que las autoridades políticas adopten y apliquen una serie de medidas normativas efectivas para contrarrestar los efectos nocivos del radón en la salud, en consonancia con las advertencias que ya han hecho la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia de Protección Ambiental Norteamericana (EPA), por sus siglas en inglés.