Es el gran enemigo de las dietas y lo primeros que solemos desterrar si nuestro objetivo es bajar de peso. Pero debemos reconocer que, ya sea solo, maridado con una buena copa de vino o derretido sobre una lasaña, el queso es y será siempre un delicioso objeto de deseo alimentario. El queso es, además, una fuente inagotable de nutrición muy rica en nutrientes como proteínas, fósforo, y por supuesto calcio, dice Jim White, RD, portavoz de la Academia de Nutrición y Dietética. De hecho el queso ocupa el lugar número de dos como fuente de calcio en la dieta promedio de los estadounidenses.

¿Pero y si el queso ayudará a bajar de peso? Un estudio de 2015 publicado en la revista Journal of Agricultural and Food Chemistry, vincula una dieta rica en queso con niveles más altos de ácido butírico, un compuesto que está vinculado a metabolismos más rápidos y un menor riesgo de obesidad.

¿Pero cuáles son los quesos más saludables?

1. Pecorino Romano: este duro queso italiano elaborado con leche de oveja es rico en CLA (ácido linoleico conjugado) y se vincula a una menor IMC y riesgos de diabetes o cáncer gracias a un estudio de cinco años de investigadores italianos y estadounidenses. Hay que asegurarse de que en la etiqueta pone "pecorino romano". Además, el queso elaborado con leche de oveja es también más rico en calcio que el queso elaborado con leche de vaca.

2. Queso Cottage: es uno de los quesos más populares en Estados Unidos donde se utiliza para todo, desde una tostada con frutas en el desayuno hasta para la tarta de la abuela. Hay una buena razón para ello ya que media taza de queso cottage contiene 15 gramos de proteína (lo que también es buenísimo para aquellos deportistas que deseen muscular). Además, y según un reciente estudio de 2014, también se sabe que el cottage es bajo en sodio, como la mayoría de quesos frescos y suaves.

3. Parmesano: uno de los quesos más populares del mundo y sin el que, por ejemplo, no se concibe un plato de pasta. Pero además de su particular sabor, su característico aroma y su gran tamaño, la ingesta medida de parmesano mejora la digestión y la salud intestinal, según un estudio publicado en 2015.

4. Ricotta: no hay que confundir con el Cottage, porque en aspecto pueden ser muy parecidos. En cualquier caso, ambos son saludables y ambos contienen mucha proteína. En el caso del queso ricota, nada menos que 14 gramos de proteína y el 25 por ciento de nuestras necesidades diarias de calcio. También es bajo en sodio y alto en fósforo, vitaminas del complejo B, vitamina A y zinc. El queso perfecto.

5. Cheddar envejecido: lo peor que le puede pasar a cualquier amante del queso es ser intolerancia a la lactosa. Por suerte, los quesos curados como el cheddar envejecido contienen niveles relativamente bajos de lactosa, por lo que muchas personas con intolerancia a la lactosa pueden disfrutar de este queso (no sin antes consultarlo con un profesional, claro).