Salud
La dimensión social de un tumor con cara femenina
Las expertas destacaron la importancia de implementar el abordaje psicológico, la comunicación con el paciente, evitar las pseudoterapias y crear registros nacionales
Las expertas destacaron la importancia de implementar el abordaje psicológico, la comunicación con el paciente, evitar las pseudoterapias y crear registros nacionales
Mamografía, tratamiento, quimioterapia, cirugía... son algunas de las palabras que nos vienen a la cabeza cuando se piensa en el cáncer de mama. Todas ellas hacen referencia al aspecto médico, “sanitario”, del mismo. Sin embargo, el alcance de esta enfermedad va mucho más allá. Los aspectos psicológicos, emocionales, familiares o sexuales se ven profundamente afectados por un diagnóstico de este tipo.
“El abordaje del cáncer tiene una dimensión social. Además de las cuestiones médicas debemos tener en cuenta las perspectivas sociales y de genero”, destacó Carmen Montón, ex ministra de Sanidad, durante el segundo coloquio celebrado en LA RAZÓN con motivo del Día Mundial del Cáncer de Mama, que se celebra hoy. Cuestiones en las que se pone especial foco gracias a que otras, como la atención médica, el cribado poblacional o el acceso a los mejores tratamientos disponibles son ya excelentes –y gratuitos– en nuestro país. Es por ello que, una vez conseguido el objetivo de la supervivencia –o incluso de la curación– es también momento para pensar en las muchas implicaciones que su diagnóstico conlleva.
En esa línea, Patrizia Bressanello, psico-oncóloga y responsable de Infocáncer en la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), destacó la importancia de la complementariedad de los servicios: “No nos olvidemos de cuestiones menos visibles desde el punto de vista emocional, social, que tienen un peso muy importante y tenemos que abordar mediante una atención integral para complementar la atención médica”, dijo. Un papel destacado es el de los psicólogos porque, aunque se han producido muchos avances en todos los sentidos, también en la normalización de la palabra cáncer, advirtió del riesgo de las pacientes en caer “víctimas” de la presión social del optimismo: “Evidentemente, una actitud positiva ayuda pero no cura el cáncer. Por eso, tenemos que tener cuidado con ciertos mensajes, porque las podemos hacer responsables de su enfermedad por su actitud”, continuó Bressanello.
Otro aspecto en el que las expertas reunidas en la mesa quisieron hacer hincapié fue la importancia de mantener una buena comunicación con el paciente. A pesar de que, como aseguraron, sea algo que no se enseña en las facultades. Porque, de esta forma, se consigue la confianza del paciente y, con ello, asesorarle en su mejor tratamiento, al tiempo que evitar riesgos “indeseables” como el de caer en las pseudoterapias.
“Tenemos que darles un papel más activo a las pacientes, pero con evidencia científica porque hay mucho oportunismo y queremos alertar a las pacientes de que, antes de hacer cualquier tipo de actividad o utilizar un producto, deben hablar con el oncólogo. Hay que tener mucho cuidado con este tema”, dijo Eva Ciruelos, oncóloga del Hospital HM CIOCC y del 12 de Octubre, ambos de Madrid. Porque el problema de las pseudoterapias es que además interactúan con nuestras terapias y, a veces, incluso las llegan a abandonar”.
«Tenemos ahí un trabajo extra y por eso debemos estrechar lazos con nuestros pacientes. Y la única forma de poder contraatacar es hablando con los pacientes para que ellos tengan la libertad de contárnoslo. Poder transmitir la información de manera que llegue a todo el mundo para que las pacientes no tengan que acudir a otras fuentes”, apunta Esther Holgado, oncóloga especializada en inmunoterapia en cáncer de mama del IOB y del Hospital Ruber Juan Bravo de Madrid. Porque los pacientes quieren el mejor tratamiento, cómo no, pero también un médico que pueda hablar con ellos, que seamos empáticos... Tenemos las consultas sobrecargadas, es cierto, pero hablar con el paciente, el contacto con él, es la mitad del trabajo”, continuó.
Por último Isabel Rubio, especialista en Cirugía General de la Clínica Universidad de Navarra y presidenta de la Asociación Europea de Cirujanos de Cáncer de Mama quiso a aprovechar la ocasión para reivindicar la puesta en marcha de registros nacionales de cáncer, “no sólo de mama, sino en general. Hay un problema que tenemos y es el de los resultados. Carecemos de registros nacionales de cáncer y eso hace que no podamos evaluar los resultados en cáncer a nivel nacional. Me da envidia cuando en los congresos los médicos de otros países pueden hacerlo. Es importante que en España empecemos a considerar que no podemos mejorar nada si no conocemos nuestros datos», concluyó.