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Enfrentamientos

La tensión se dispara, entre ráfagas de AK47, en el avispero social de las Tres Mil Viviendas en Sevilla

Reclaman vehículos blindados para los policías tras el tiroteo del sábado entre clanes rivales

Los vídeos han abierto informativos nacionales. Las ráfagas de disparos que se escucharon el pasado sábado en el barrio sevillano de las Tres Mil Viviendas –se llegaron a utilizar armas de guerra como Kalashnikov– han vuelto a poner el foco sobre una zona que es un auténtico avispero social. La falta de oportunidades, el paro y la delincuencia marcan el día a día de un entramado de barrios que, en los últimos años, ha visto cómo la convivencia se ha deteriorado por el negocio de las plantaciones de marihuana.

Parece ser que este fue el origen del peligroso episodio que vivieron los vecinos, que se suma a los constantes enfrentamientos entre clanes y otros altercados de extrema violencia. El comisionado para el Polígono Sur, Jaime Bretón, puso el dedo en la llaga al señalar que estas plantaciones ilegales suponen «un problema muy importante» en el que «hay mucho dinero de por medio en distintos clanes y eso hace que la rivalidad entre ellos vaya en aumento, y la tensión también». En una entrevista en Canal Sur Radio, Bretón señaló que esta problemática supone «un perjuicio para el 90% de la población que vive aquí, que es gente humilde y que al final se ve atrapada o secuestrada por estas rivalidades».

A este respecto, calificó de «alarmante» esa demostración de fuerzas entre clanes rivales, «tirando ráfagas de varios dispositivos, no solo ya pistolas, sino de armamento sofisticado, con el consiguiente problema de que un tiro se desvíe y vaya hacia una persona que está tan tranquila en su casa, como desgraciadamente ya sucedió en una ocasión».

«Yo confío en la Policía, y sé y me consta que está haciendo una investigación sobre quiénes son las personas que poseen estas armas, y que el fruto de esta investigación sea la detención de determinados sujetos», apuntó.

Junto a ello, Bretón alertó de que este problema puede extenderse a otros barrios «como una mancha de aceite». «El tema de las plantaciones de marihuana empieza y puede acoger otro barrio, otras zonas y al final te ves con un auténtico problema metido en el epicentro de la ciudad», advirtió.

Este asunto no sólo es un problema para los vecinos, sino también para las fuerzas de seguridad. En este sentido, el sindicato policial Jupol exigió vehículos blindados para intervenir en enfrentamientos armados como el sucedido en las Tres Mil.

Entre las solicitudes de equipamiento adicional también se incluyen placas cerámicas para chalecos antibalas, así como escudos y cascos con protección balística, «necesarios para enfrentar amenazas balísticas de alta intensidad», según Jupol. «El incremento de la violencia de las bandas organizadas y la pérdida del principio de autoridad desencadenan en situaciones de alto riesgo para los agentes», denunció.