Goleada
El Barça pone otro clavo al Sevilla (0-3)
El equipo de Xavi suma su tercer triunfo consecutivo a pesar de ser superado por los de Lopetegui en el inicio. Un gol de Raphinha a los veinte minutos cambió el signo del choque
Un gol de Raphinha a los veinte minutos cambió de forma radical el signo del partido entre el Sevilla y el Barcelona y ratificó que los dos equipos atraviesan momentos de forma, de ánimo y de fútbol totalmente opuestos. El conjunto de Xavi, sin exceso de brillo, sigue siendo eficaz como él solo y ya es segundo tras enlazar su tercera victoria consecutiva. La escuadra de Julen Lopetegui, en el peor inicio en muchos años, acumula ya cuatro jornadas sin ganar: un punto de doce y un solo gol.
El punto de inflexión del partido llegó pronto y no hizo justicia a lo que estaba ocurriendo sobre el césped. El Sevilla había sido bastante mejor que el Barcelona, impreciso, atosigado por la presión de los locales y abrumado por Isco y Lamela en la creación. Y no sólo había tenido las ideas más claras, sino que pudo variar el signo del choque en el minuto 4, pero Ter Stegen sacó una manopla milagrosa ante Rakitic. Ese muy aceptable inicio del equipo de Lopetegui cortocircuitó cualquier conexión entre Busquets, Gavi y Pedri y el tridente ofensivo: Lewandowski fue un islote, sin más.
En todo caso, el Sevilla no aprovechó su superioridad y, como suele ocurrir en el fútbol desde que lo inventaron los ingleses, quien perdona a un grande acaba pagando la factura. Al primer medio error de su rival, una descoordinación entre Jordán y Lamela, Gavi roba el esférico, Busquets lanza a Dembelé y Raphinha remacha de cabeza tras un primer remate de Lewandowski. El gol tuvo el lógico impacto en los dos conjuntos. El Sevilla lo notó para mal y perdió a Isco. El Barcelona pasó a dominar casi por inercia, ahora ya sí guiado por Gavi, y en medio tiempo tuvo hasta cinco ocasiones sin contar la diana de Lewandowski, inexplicablemente liberado por Montiel y los centrales. Pero se libraron los anfitriones de la humillación porque Raphinha, Dembelé y Koundé no anduvieron finos de puntería.
Tras el descanso, el Sevilla tardó quince segundos en buscar el principio de una remontada casi imposible, con una doble ocasión de Lamela, pero la esperanza del milagro duró poco. A los cinco minutos, córner y gol de Eric García a placer después de que Koundé lo asistiera y dejara muy claro cuánto ha perdido su ex equipo con su marcha. Y ahí se terminó el encuentro. El conjunto nervionense no se rindió y por puro orgullo buscó el área visitante hasta el final, pero cuando no se está, no se está, y sólo exigió a Ter Stegen en un pésimo remate de Lamela tras un regalo de Eric García y un derechazo de Papu Gómez nada más entrar.
El Barça, en cambio, no tuvo ni que forzar para disfrutar de un buen ramillete de ocasiones, pero Bono impidió el 0-4 de Lewandowski en un par de lances. La única noticia reseñable en ese tramo final fue la reaparición de Suso en el Sánchez-Pizjuán tras un paréntesis de diez meses por lesión. Y otra pitada contra Lopetegui.
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