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Estudio

Las ranas de Chernóbil no tienen secuelas: la radiación no ha afectado ni a su edad ni a su ritmo de envejecimiento

Investigadores señalan que el papel de la Zona de Exclusión es "un refugio de fauna imprescindible"

Imagen de archivo de la planta nuclear de Chernóbil en Ucrania EFE

Una investigación liderada por la Universidad de Oviedo y la Estación Biológica de Doñana-CSIC ha demostrado que los niveles de radiación experimentados por los anfibios que habitan en la denominada Zona de Exclusión de Chernóbil no han afectado ni a su edad ni a su ritmo de envejecimiento, por lo que son insuficientes para causar daño crónico.

Ambos factores son, según la institución docente asturiana, aspectos clave para valorar los efectos a largo plazo de la exposición a la radiación, ya que pueden reflejar la acumulación de daño a lo largo de la vida del animal y, a tenor de los resultados, no difieren con los de otras ranas capturadas en zonas control sin radiación.

En el estudio, que acaba de ser publicado en la revista Biology Letters de la Royal Society británica, ha estado centrado en la rana de San Antonio oriental (Hyla orientalis) y ha analizado, por primera vez, los posibles efectos a largo plazo de la radiación sobre la edad y ritmo de envejecimiento de la fauna de Chernóbil.

Germán Orizaola, profesor de Zoología de la Universidad de Oviedo y coordinador del proyecto, ha destacado que estos resultados indican que "los niveles de radiación que experimentan actualmente las ranas en Chernóbil no serían suficientes para causar daño crónico en estos organismos" y refuerzan "el papel de la Zona de Exclusión de Chernóbil como un refugio de fauna que es imprescindible conservar".

El trabajo, que ha contado con la participación de expertos internacionales, tampoco ha encontrado diferencias en los niveles de corticosterona, una hormona asociada con la respuesta frente al estrés, en función de la radiación recibida por estos anfibios.

El investigador de la Estación Biológica de Doñana Pablo Burraco, que ha colaborado en el trabajo de campo, ha subrayado que se el mismo representa "una de las evaluaciones más precisas" de la radiación absorbida por un animal vertebrado en Chernóbil