Política
Bloqueo y tacticismo tres años después de las elecciones del cambio en Andalucía
El rechazo de la oposición a los Presupuestos y la permanente confrontación abonan el terreno para el adelanto
Inestabilidad, bloqueo y tacticismo. Son los motivos que han estado detrás de las últimas convocatorias electorales en Andalucía. Hoy, cuando se cumplen tres años de los comicios que marcaron un hito en la historia de la autonomía, vuelven a aflorar estos argumentos y la posibilidad de un adelanto electoral está más cerca que nunca, con intereses cruzados a nivel regional y nacional.
El argumentario de los presidentes para llamar a las urnas ha variado en función del contexto político y del cálculo para el partido en el gobierno. Las últimas elecciones autonómicas del 2 de diciembre de 2018 se adelantaron. Estaban previstas para marzo de 2019 pero la ex presidenta Susana Díaz adujo que Andalucía no debía contaminarse de la inestabilidad reinante en el resto de España. Sin embargo, había elementos muy parecidos al contexto actual. El líder de Ciudadanos, Juan Marín, anunció que su partido no apoyaría los Presupuestos, a diferencia de lo que había hecho hasta entonces. Un cambio de postura que influyó en la decisión, junto a los sondeos internos que mejoraban los resultados del PSOE y la confluencia de otras citas electorales en 2019: las municipales y las europeas. Otro elemento determinante fue el atestado de la Guardia Civil que cifraba en casi 32.000 euros el gasto en prostíbulos con tarjetas de la Faffe. El hoy presidente de la Junta, Juanma Moreno, compareció en la puerta de uno de los locales de alterne para subrayar la «extrema gravedad» de este asunto.
La inestabilidad fue también un argumento que esgrimió Díaz para convocar las elecciones de 2015, pero otros elementos entraron en juego. La ex presidenta rompió abruptamente con IU, para asombro de la propia coalición de izquierdas. Además, Podemos empezaba a generar muchas simpatías a nivel nacional y Díaz quiso adelantarse al fenómeno, puesto que el partido no tenía estructura a nivel andaluz.
Ahora, el reciente rechazo de la oposición a los Presupuestos de 2022 está siendo el principal factor desestabilizante. Moreno ya habla de convocar elecciones entre junio y octubre del próximo año, ya que en el verano la legislatura estará concluida técnicamente. En cuanto al cálculo y la oportunidad, un hipotético adelanto beneficiaría a los populares. Las encuestas sonríen al presidente andaluz. En 2018 el PSOE ganó los comicios, obteniendo 33 diputados. El PP cosechó 26, Ciudadanos 21, Adelante Andalucía 17 y Vox 12. La suma de PP, Cs y Vox propició el cambio político tras 37 años ininterrumpidos de hegemonía socialista.
El último sondeo de NC Report para LA RAZÓN sitúa al PP como vencedor con el 34,9% de los votos, traduciéndose en una horquilla de entre 44 y 46 diputados. El PSOE obtendría entre 32 y 34, Vox entre 15 y 17, Unidas Podemos entre 10 y 12, Ciudadanos entre 2 y 3 y Adelante Andalucía uno o dos diputados. Moreno revalidaría la Presidencia de la Junta con el apoyo de Vox, aunque el resultado determinará el mapa final de pactos y la posibilidad o no de que el partido de Abascal entre a formar parte del gobierno.
¿Cómo afrontan los partidos este prólogo electoral? La formación que está en el gobierno suele partir con ventaja, una circunstancia que en el PP se cumple con un líder que está sabiendo rentabilizar su papel institucional. Los populares podrían volver a ganar las elecciones, tal y como hizo Javier Arenas en 2012, aunque el pacto entre el PSOE e IU le impidió gobernar. El PSOE-A tiene un nuevo líder, Juan Espadas, que sigue sin dejar la Alcaldía de Sevilla. Ha exhibido una postura ambigua en el contexto autonómico: se ha mostrado dispuesto a pactar las cuentas pero, a última hora, las ha rechazado tras varias reuniones negociadoras. Espadas está muy sujeto a la voluntad de Ferraz, por lo que sus decisiones dependerán de los cálculos a nivel nacional.
En cuanto a Ciudadanos, se augura un desplome electoral pero es difícil calibrar su alcance. El reciente audio de Juan Marín, en el que tachaba de «estúpido» aprobar un Presupuesto en un año electoral, ha erosionado al previsible candidato.
Vox da por rota toda colaboración con el Gobierno andaluz e insiste en pedir el adelanto, aunque no desvela quién será su candidato. Las desavenencias entre Podemos, IU y los fieles a Teresa Rodríguez han propiciado que esta opción esté más dividida que nunca.
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