Política

El alcalde de Granada dimite y entrega el Gobierno local al PSOE

En una comparecencia urgente ha anunciado que respaldará a la lista más votada, encabezada por el socialista Francisco Cuenca. Desde el 8 de junio, Luis Salvador (Cs) gobernaba con un solo concejal, tras la renuncia en bloque del PP y dos concejales naranjas

El alcalde de Granada, Luis Salvador, durante la rueda de prensa, en el Ayuntamiento de Granada, donde ha anunciado su renuncia
El alcalde de Granada, Luis Salvador, durante la rueda de prensa, en el Ayuntamiento de Granada, donde ha anunciado su renunciaÁlex CámaraEuropa Press

El alcalde de Granada, Luis Salvador, ha presentado este jueves su “renuncia voluntaria” al cargo y deja expedito al PSOE el camino para recuperar la Alcaldía que perdió en 2019. Salvador lo ha anunciado en una rueda de prensa urgente convocada esta misma mañana en el Ayuntamiento y ha remarcado que “no hay en este momento ningún acuerdo con nadie”, pese a que ha mostrado su intención de “dejar gobernar a la lista más votada” para garantizar la estabilidad. Su dimisión se hará efectiva en un Pleno convocado mañana viernes, tras verse obligado a renunciar “ante una situación como la que nos han abocado”. “Quien pondría al PSOE es el PP por no apoyar a su equipo de Gobierno”, ha señalado para justificar su decisión.

Salvador ha confesado que no había informado previamente de su dimisión a la presidenta de su partido, Inés Arrimadas, pese a que, según ha dicho, la voluntad de la dirección de Cs era que alargara la situación “hasta que se solucionara”.

“El alcalde no dimite, los que dimiten son los que roban y tienen que salir rápidamente porque tienen cosas que ocultar. Nosotros podemos mirar a los ciudadanos de Granada a los ojos”, ha señalado en velada referencia a los ediles dimitidos. “Segundas partes nunca fueron buenas y hay muchos versos sueltos y muchas situaciones complicadas”, ha aclarado para zanjar una hipotética reconstrucción del pacto con el PP. “Lo que queda es la lista más votada y dar estabilidad a la ciudad en los próximos dos años. Pido que se apoye completamente a la corporación que salga y trabajemos unidos”, concluyó. “Vamos a favorecer un Gobierno estable, entre las dos posibilidades aritméticas que hay solo puede ser la lista más votada”, ha insistido. “Granada necesita desde ya inestabilidad y unión”, ha dicho, sin despejar las dudas sobre si entraría en un posible Gobierno socialista, que lideraría Francisco Cuenca, exalcalde que retomaría de nuevo las riendas de la ciudad. Respecto a si se opondría a que fuera Cuenca el candidato socialista, Salvador ha garantizado que no pondrá ninguna condición en ese sentido.

Minutos después de sonar las campanadas del mediodía en la plaza del Carmen, el alcalde de Granada, Luis Salvador, irrumpía en la sala de prensa del Ayuntamiento rodeado de su equipo y mostrando un buen humor que no ha perdido pese a la complicada situación política que vive. En su comparecencia, convocada de manera urgente esta misma mañana, lo acompañaba el equipo de gobierno al completo, es decir, el concejal de Cs José Antonio Huerta, el único que no abandonó sus competencias.

Han transcurrido veintitrés días desde que Salvador se quedara gobernando con un solo concejal de su partido. El resto, los seis representantes del PP y dos de los cuatro ediles de Cs, dimitieron. Fue el 8 de junio cuando se precipitaron las consecuencias de una crisis de largo recorrido: los seis concejales populares del Gobierno local renunciaron en bloque. Horas después de ese anuncio, dos ediles de Cs repetían la operación, reteniendo sus actas, pese a abandonar la formación naranja. Desde ese día, los concejales no adscritos en el Ayuntamiento de Granada pasaron a ser tres, ya que el excandidato del PP a la Alcaldía, Sebastián Pérez, había presentado la dimisión de su formación el 26 de mayo, pero tampoco entregó su acta.

Salvador comenzó su intervención lanzando críticas contra “los dos concejales tránsfugas de Ciudadanos”, sus excompañeros, y contra la decisión “con nocturnidad y alevosía” de los populares, a los que ha acusado de “intentar bloquear” la actividad del Ayuntamiento, impidiendo la convocatoria de la junta de gobierno local. El regidor granadino ha argumentado que los movimientos políticos municipales responden a una única intención: “Que el alcalde tenga las siglas del PP”. En este sentido, ha asegurado tener el respaldo ciudadano -pese a ser la tercera fuerza más votada- para justificar su continuidad en este tiempo, pese a las complicaciones que afronta por su débil posición. En su opinión, esta es “una crisis que se preparó desde el PP y desde Fran Hervías (exsecretario de Organización de Cs)”, calificándola reiteradamente como “un chantaje”. Además, ha lamentado que en estos dos años “he tenido que soportar muchos insultos, muchos desprecios” por parte de los populares.

La rueda de prensa se convocó precipitadamente para tratar “asuntos de actualidad”. Los rumores de dimisión se acrecentaron con el llamamiento del regidor, que no estaba incluido en su agenda y teniendo en cuenta la inestable situación del Gobierno municipal. El grueso de su comparecencia ha consistido en hacer un recorrido por cada una de las acciones realizadas durante su mandato, recalcando que él fue “el único candidato que obtuvo catorce votos”, la mayoría necesaria para ser investido. “Si hubiese habido candidatos con muchos más votos que nosotros, entonces podría haber un problema de legitimidad”, ha razonado para justificar su continuidad. No obstante, ha negado “tener apego a ningún cargo”, pese a los “obstáculos” encontrados en sus dos años de mandato, desde que tomara posesión el 15 de junio de 2019, incluyendo la pandemia de la covid-19. El todavía alcalde granadino -mañana se consumará la renuncia y será alcalde en funciones Huertas- ha razonado su tardanza en adoptar la decisión en la necesidad de que la ciudad “siguiera funcionando”, asegurando que se habrían perdido proyectos importantes.

La crisis municipal se estaba fraguando desde hace meses, con desconfianzas mutuas entre los socios prácticamente desde el inicio del mandato. Las diferencias entre PP y Cs fueron acrecentándose conforme se acercaba el ecuador de la legislatura. ¿El motivo? El PP exigía el cumplimiento del pacto de 2+2 años, con alternancia en la Alcaldía a mitad de legislatura, que aseguraban haber acordado los dos partidos, un extremo que Salvador ha negado reiteradamente. Esa cuestión es la que terminó desatando la catarata de renuncias en el seno del Gobierno local, ante la negativa de Salvador a cumplir un acuerdo que, según se supo después, únicamente se cerró verbalmente, sin que exista ningún documento escrito que lo atestigüe.